Levanta la mano si te has encontrado terminando argumentos con “te lo juro”. Si te puedes identificar, no estás solo.
Para poder convencer o persuadir a alguien de algo, primero necesitas razones para hacerlo. ¿Por qué quieres que esa persona piense como tú? ¿Será que quieres que cambie algún comportamiento o solo lo quieres convencer de que te compre a ti?
Sin importar la razón detrás de tus argumentos, tener una razón es suficiente motivación para crear una historia que convenza a tu audiencia. El truco está en cómo la cuentas para conseguir tu objetivo.
Si, por ejemplo, te digo que me compres una Caja de Letras porque yo digo que es linda, ¿crees que es suficiente razón para comprarla?
La verdad, no. Ni yo estoy convencida de ese argumento y yo pienso que mi Caja de Letras es linda.
Cambiemos la historia: si te digo que la Caja de Letras es un detalle diseñado para las mujeres fanáticas de lectura o la escritura, que incluye una camisa con una frase bordada, una tabla de mármol con un poema grabado y una copia de un poemario que ha vendido cientos de copias en Guatemala, ¿te llamaría la atención?
Tal vez no seas fan de la lectura o la escritura, pero te aseguro que pensaste en alguien que conoces que sí lo es.
Ahí está el secreto; crear una conexión con tu lector para empezar a convencerlo de elegirte a ti. Si le agregamos un copy más creativo al ejemplo de la caja, podríamos decir que se trata del “regalo para tu amiga a la que las frases le tocan las cuerdas del corazón”. Por más cursi que parezca, con este copy creamos una imagen mental.
Y entonces empieza lo bueno. Con una conexión establecida y una imagen mental planteada, pasamos a las emociones. ¿Cuál sentimiento quieres evocar con tus textos? En el ejemplo de la caja, quiero que la persona que la compre sepa que le dará ilusión a la fan de las letras en su vida. Siguiendo esa línea, el copy seguiría así:
“La Caja de Letras es un regalo para tu amiga a la que las frases le tocan las cuerdas del corazón. Como escritora, te garantizo una sonrisa desde el momento en el que sienta el peso de la caja. Esta Navidad, regálate a ti la maravilla de ojos llenos de ilusión.”
Y luego procederíamos a describir lo que incluye la caja de letras de Redactiva. Más emotivo, ¿no te parece? Aparte que le agregamos el elemento de la “garantía” para terminar de completar el argumento.
Cuéntame qué te pareció este ejemplo y si quisieras que editáramos el copy de un producto en particular, mándamelo por correo a la siguiente dirección para seguir practicando:
ireneandrade@redactivagt.com
Nos vemos en tu buzón de entrada la otra semana.