Si estás metido en el mundo laboral, puedo poner las manos en el fuego a que mandaste un correo que nadie leyó o que nadie entendió.
Según este artículo, las personas reciben 126 correos al día en promedio. Eso es un montón. Además, estudios recientes demuestran que tenemos una capacidad de atención de 8.25 segundos. Eso es muy poco.
Con esta información, queda más claro porqué la gente no lee bien los correos, si es que los lee del todo. Entonces, la pregunta del millón es la siguiente: ¿cómo hacer para que lean tus correos?
Vamos a desglosar esta tarea mundana (y titánica a la vez) en 5 pasos:
1. El asunto de tu correo tiene que abrir ojos: esto significa que necesitas redactar una frase corta que llame la atención y haga a tu audiencia querer darle clic a tu correo. No estoy tratando de poner presión aquí, pero es la parte más importante de tu correo porque es la ventana a la información que quieres comunicar.
Decir “Boletín de enero” no es lo mismo que decir “Los zapatos que me cambiaron la vida en enero”.
2. Historias, historias y más historias: el objetivo de este blog es reforzar la importancia del storytelling. Las historias son una pieza clave en tus correos de contenido e incluso en los de venta. Cuando cuentas una historia personal, es mucho más fácil hacer que otros se identifiquen contigo. Lo mismo sucede con los correos de venta; ¿no te ha pasado que escuchas el “review” de una influencer y vas a comprar ese bote de maquillaje que no necesitabas? Aja, eso es contar una historia y Sephora lo sabe.
Para correos de oficina, el formato de storytelling también funciona. Por ejemplo, decir “Adjunto el informe del mes” suena aburridísimo. En cambio, si escribes “Adjunto el informe del mes con mejor conversión hasta la fecha” (o cualquier dato particular del mes), es mucho más probable que abran tu reporte.
3. La consistencia es tu mejor aliada: en los correos y en la vida. No sé tú, pero a mí me cae mal cuando me llegan correos promocionales en la noche o los fines de semana o con diferente recurrencia. Cuando no sabes qué esperar, lejos de vender, puedes llegar a molestar. Por eso te recomiendo elegir un horario acorde a tu nicho o a tu necesidad para enviar los correos y evitar que los “marquen como leídos” o borrarlos sin siquiera abrirlos.
Lo mismo en la oficina, ¿te imaginas que te manden correos a las 3 am o los domingos a las 10 pm? No, gracias. A menos que sea de urgencia nacional, tu correo puede esperar al lunes en horas laborales.
4. Un agradecimiento mueve montañas: si no estás agradeciendo la atención o el apoyo solicitado en tus correos, ¿qué estás esperando? Así como en la vida real, en la vida digital es clave la educación y la cordialidad, más cuando le estás pidiendo algo a alguien (en oficinas, sobre todo).
5. El lenguaje simple llega lejos: con poca disposición de atención, lo último que quieres es usar un vocabulario rebuscado que confunda a tu lector. El lenguaje simple es fácil, se lee fácil y es más digerible. En otras palabras, tu mensaje se va a transmitir mejor. Esa idea de que el lenguaje complicado te hace sonar más inteligente la dejamos en el siglo pasado porque no funciona, no te escuchas más inteligente te lo prometo.
Con esta mini guía ya estás listo para que tus receptores abran tus correos ¡y además los lean! Yo sé que no siempre es fácil, yo también me he pasado 30 minutos redactando y borrando palabras en un correo de tres líneas. Pero con estas recomendaciones a la mano y la consistencia, estoy segura que tus correos van a empezar a cumplir sus objetivos.
Nos vemos la próxima semana en tu buzón de entrada para más de storytelling.
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¡Buenísimo! ¡Me van a ayudar mucho estos tips!
¡Me encantó!