En breve: enfocarse en los verbos de acción.
En largo: hablemos de la lección más valiosa que he aprendido (hasta ahora).
Si existen dos mundos de escritura, el digital y el impreso, la escritura digital tiene lo peor de los dos mundos: exceso de información y poca atención. Con tanta escritura disponible en Internet, a los ojos se les da por leer entre líneas y son pocos los titulares y los subtítulos que consiguen el primer clic.
A menos que le hayas pagado a Google para estar hasta arriba en las opciones del buscador.
La escritura digital debe lograr sobresalir del montón y decir lo que tiene que decir de una forma rápida, efectiva y cautivadora para convencerte a ti, como lector, de darle una oportunidad de lectura.
Después de 5 años trabajando como copywriter, he aprendido y desaprendido varias lecciones en el oficio. Lo que funciona para una marca en un formato, no necesariamente va a funcionar para otra; lo que funciona en una industria puede (o no) funcionar para otra totalmente distinta.
Por ejemplo, cuando empecé a escribir textos de venta, todos los cursos y los libros que leía del tema decían que debía “escribir como hablo” para crear una lectura fluida. Y aunque sí funciona para algunas ocasiones, no significa que sea una fórmula exacta para todos los formatos, todas las marcas y todas las necesidades del cliente.
Como también soy fanática de la escritura creativa, también se me enredó en la cabeza que la descripción debía ser tan específica que el lector pudiera saborearse la escena en su mente con todos sus sentidos. Por obvias razones, para llegar a ese nivel gráfico me apalancaba de adjetivos para describir lo que quería enfatizar.
Adjetivo: 5. m. Gram. Clase de palabras cuyos elementos modifican a un sustantivo o se predican de él, y denotan cualidades, propiedades y relaciones de diversa naturaleza. Son adjetivos inteligente, amplio, numérico, mismo y telefónico.
Pero resulta que, a pesar de tener diferentes doctrinas entre pecho, espalda y teclado, la lección más valiosa que he aprendido (hasta ahora) es la siguiente: enfocarse en los verbos de acción trae (casi siempre) una respuesta de parte del lector.
Esto es gracias a la naturalidad del verbo; cuando hablas de una acción, es mucho más fácil imaginarse lo que estás leyendo porque de inmediato piensas en el acto descrito.
Corre, apúrate, dale swipe, scroll, compra, canta, llora, ríe.
Lo mejor de los verbos de acción es que se pueden aplicar a personas, animales, objetos y cosas. Es decir, funcionan para el copywriting, para los correos, para la escritura creativa, ¡para lo que sea! Además, también sirven para decirle a tu lector de forma puntual qué es lo que quieres que haga. Ya sea para comprar, suscribirse, comentar, compartir o darle like a tu contenido, usas un verbo de acción para decirle a tu lector lo que tiene que hacer.
La escritura digital no es compleja, solo es un rompecabezas que a veces le falta una pieza. Cuando no la encuentres, dibújala tú con tus verbos de acción.
Nos vemos la próxima semana en tu buzón de entrada.