Desde que me acuerdo, cada vez que me preparo para un viaje lo primero que pienso al salir de mi casa es, “ya quiero estar de vuelta”. Esto, sin haber llegado al aeropuerto.
No porque no quiera ir, sino porque ya quiero saber qué es lo que va a pasar en el viaje y guardar en mis archivos mentales la memoria.
Me gusta armar la valija pero la incertidumbre de no saber lo que nos espera en el viaje me acelera el corazón. Es una mezcla entre emoción, nervios y tenerle un respeto prudente a las experiencias nuevas.
Lo mismo me pasa con cada fin de año; nunca sé si estoy lista para arrancar con una valija vacía esperando llenarse con memorias nuevas.
Despedirme de años me pone nostálgica y me dan ganas de rogarle al calendario que me deje ponerle pausa un ratito. Pero año con año, el sentimiento sigue siendo el mismo el 31 de diciembre - lo que significa que, a pesar de los altibajos, la sigo pasando muy bien.
Gracias, 2024, por conectarme con más de cientos de personas en esta plataforma. Por abrirme puertas a grupos de personas con ganas de escucharme hablar de storytelling (¡dimos 10 talleres!) Por llevarme de industria en industria aprendiendo a contar historias tan específicas que mi yo del pasado no daría crédito de la cantidad de tecnicismos que sé sobre construcción, bienes raíces, finanzas o temas legales.
Fue un gran año de storytelling, de crecer mi familia y de la búsqueda incesante del balance en la vida. No voy a mentir, me va a costar guardar mi valija llena del 2024 para darle espacio a una nueva en el 2025.
Pero como todos los primeros de enero, le doy la bienvenida al 2025 con el corazón acelerado, la cabeza en alto para seguir aprendiendo y las ganas de contar más historias.
Con tal, el calendario no nos deja ponerle pausa a nada así que, ¡a dar el primer paso!
¡Feliz Año!
Nos vemos el próximo miércoles (de vuelta en la rutina añorada) a las 7am hora GT.