No es lo mismo sentarse a hablar con amigos que sentarse a hablar con un equipo de trabajo. Las expresiones cambian, las referencias son otras, incluso el lenguaje que usamos es distinto. Pero hace poco tuve una conversación con alguien que estaba horrorizada (el drama) por cómo se expresó un joven (re joven) de 30 años en un almuerzo familiar porque no supo entender esas diferencias de comunicación entre amigos íntimos y familia mayor, por ejemplo.
En otras palabras, se pasó con sus expresiones. Lo peor es que estoy segura que todos conocemos a alguien así, que no sabe diferenciar entre cómo hablarle a un cliente, a su jefe y a su mejor amigo. Tal vez ni sepa diferenciarlo para hablarle a su familia.
Por suerte, existen formas (fáciles) de adaptarnos a nuestra audiencia para evitar esos deslices y crear el rapport (desempolvando mi licenciatura de psicología con este término) adecuado con las personas que nos están escuchando en diferentes escenarios.
Hablando en un ambiente laboral:
DO’s: usar palabras completas, tomar pausas entre oraciones para usar vocabulario adecuado, usar un tono de voz neutro, esperar a que la otra persona termine de hablar para responder.
DONT’s: usar slang, usar muletillas entre oraciones, levantar o bajar la voz al hablar, interrumpir cuando alguien más está hablando para dar nuestra opinión.
Por ejemplo:
Vs. un ambiente social:
La realidad es que se trata más de un filtro personal a la hora de hablar con diferentes audiencias. Aunque sí es cierto que el mundo nos bombardea con el mensaje de ser “uno mismo”, eso no significa que tengamos que expresarnos de la misma manera con todo el mundo.
Para lograr transmitir mejor los mensajes, el primer paso para hacerlo es adaptar nuestro lenguaje al ambiente que lo está recibiendo. De esta forma podemos lograr que la audiencia capte el mensaje que queremos que reciba.
Nunca se me va a olvidar que mi sobrina de 3 años me dijo una vez Picasso pintaba cuadros azules cuando estaba triste porque así decía su libro. Claro, el libro no especificó la depresión ni los niveles de terrible salud mental (entre otras cosas) porque era un libro escrito para niños. Pero al final no importó porque el mensaje le quedó clarísimo a una niña.
Lo mismo sucede con nuestra manera de hablar.
Eso es todo por hoy, nos vemos el próximo miércoles a las 7am hora GT.