#112: Contando la historia a través de un diario
Pros, contras y lo que he aprendido de Katharine Graham
Katharine Graham, ¿quién? Se trata de nada más y nada menos que la hija de Eugene Meyer, el responsable de levantar el periódico famoso, Washington Post, cerca de los años 30. Además de la publicación, también era un banquero reconocido, “hombre de negocios”, financiero y ex presidente del Sistema de Reserva Federal de EEUU.
Claramente una persona con mucho tiempo libre.
Pero regresando a Katharine, empecé a leer su libro, Personal History: A Memoir, y me ha llamado la atención la manera de contar su vida. Su crianza se consideraría irreal hoy, su relación (o falta de) con sus papás también y el giro de su trayectoria profesional y personal ni hablar.
Para hacerles corta la historia, en algún punto a Katharine se le consideró como una de las mujeres más poderosas de EEUU.
Entre los años 20 y 30s, la vida era otra. Nosotros aprendemos de esas décadas como los Roaring 20’s y la crisis y la Segunda Guerra Mundial. Pero solo conocemos los datos históricos principales porque son los que nos enseñen en libros de textos.
Lo interesante de leer la vida de alguien que vivió durante esta época es nos lleva por los sucesos importantes como algo del día a día.
Para hacerlo, Katharine usa extractos de diarios de su mamá (en su mayoría) y de otras personas cercanas a ellas para ir armando el rompecabezas de sus decisiones de vida. A través de ese recuento personal de los eventos, Katharine relata su punto de vista para resaltar el porqué de sus decisiones.
Pero como todas las historias, leer solo pedazos de los pensamientos nos da un punto de vista muy sesgado de cómo se llevó a cabo su vida. Y no pasa nada, no es un libro de texto.
Como buena periodista que era Katharine, me ha mantenido enganchada con su historia desde la primera página. Una cosa es aprender de sucesos históricos y otra es conocer cómo la vivió la gente.
Nunca he sido fanática del movimiento del journaling o de tener diarios, tal vez porque me dedico a escribir y paso escribiendo durante la mayoría del día laboral.
Pero sí lo hacía cuando era niña y me acuerdo perfectamente bien que escribía más los días en los que sentía que no tenía control sobre mis emociones. Como cuando mi hermano rompió a mi Barbie.
Pero como solo llegué a la época de Barbies con los diarios, no había vuelto a considerar escribir sobre lo que pasa en mi día a día hasta que leí a Katharine.
Aquí un resumen de lo positivo, lo negativo y lo que me llevo del diario:
Pros: es una buena forma de acordarnos de lo que pasa en nuestras vidas, de cómo nos sentimos en ese momento y si queremos cambiar algo de lo sucedido.
Contras: es una manera de expresarse en donde todo su contenido será siempre totalmente subjetivo y amarrado a nuestro punto de vista. Es decir, seremos siempre los héroes/heroínas de la historia.
Al final, si no contamos nuestra historia, nadie lo hará por nosotros. Sin ánimos de sonar dramática, la realidad es que quizás esas anécdotas, aprendizajes o lecciones le puedan servir en un futuro a alguien más. Así como a Katharine para entender a su mamá y aceptarla tal y como era, por ejemplo.
Eso es todo por hoy, nos vemos el otro miércoles a las 7am hora GT.