James Baldwin dijo en una entrevista en los sesentas, “You read something which you thought only happened to you, and you discovered it happened 100 years ago to Dostoyevsky. This is a very great liberation for the suffering, struggling person, who always thinks that he is alone. This is why art is important. Art would not be important if life were not important, and life is important.”
Eso es un montón de información.
Si digerimos la cita, regresamos a una pregunta que me hizo un cliente en una reunión: ¿qué hace que una historia sea sostenible en el tiempo?
Que sea buena, pensé por inercia.
Pero va más allá de ser buena o no. En este artículo hablan del éxito casi hipnótico del famoso libro de las Mil y una noches. Llegan a la conclusión que es una historia que trasciende porque “no se trata de conclusiones sino de la sugerencia de más historias, de más información que pasa de persona en persona, de idioma en idioma”.
Es decir, es una historia que no acaba y que es lo suficientemente “genérica” para muchísima gente a través de muchísimas culturas y a lo largo de muchísimo tiempo.
Al final, el artículo hace un buen análisis en donde le atribuyen su temporalidad a que se trata de un libro sin final, entonces el lector por default le asigna su propia conclusión; obliga al lector a darle su propio significado.
Lo mismo sucede con los clásicos como Adventures of Huckleberry Finn o Babbitt, en donde estas obras reflejan las partes esenciales de la consciencia americana.
Historia de un Pepe, el Popol Vuh, El señor Presidente son todos ejemplos de clásicos guatemaltecos porque también revelan esa consciencia cultural que sobrepasa las décadas y los cambios.
Pero, para ser exactos, ¿qué es lo que hace que una historia se vuelva un clásico y que trascienda en el tiempo? O, como preguntaría un cliente en estos dorados tiempos modernos, ¿qué la hace sostenible?
1. Atracción universal: abarcan temas que lectores de un rango amplio de contextos y experiencias pueden entender. Por ejemplo: amor, odio, muerte, vida, creencias. Se trata de respuestas emocionales básicas. Tan básicas, que todavía podemos relacionarnos con el Quijote o con algún personaje de Jane Austen.
2. Hace conexiones: ah, este temita de conexión que vuelve y vuelve y vuelve a aparecer cuando hablamos de historias. Si se estudian los clásicos, vemos cómo influyeron en otros artistas y en el tiempo en el que se publicaron. Los clásicos tienden a inspirar porque las personas sienten un vínculo con lo que están leyendo.
3. Es relevante para múltiples generaciones: cuando se habla de temas afines a la “condición humana” (me mata esa expresión tan científica), la historia se mantiene apropiada para diferentes edades. Así como puede ser relevante para una quinceañera, también puede impactar de otra forma a alguien de 45. La clave está en la calidad de la ejecución de la historia para que logre comunicarse con diferentes edades a través del tiempo.
Y por eso, para concluir, es que Antología de Shakira sigue siendo relevante pero su sesión con Bizarrap ya no.
Mentira.
Bromas a un lado, si algo me llevo de las historias que trascienden en el tiempo es su capacidad de conectar a un nivel emocional sumamente básico. Lo demás puede ser personaje secundario.
Eso es todo por hoy, nos vemos el próximo miércoles a las 7am hora GT.